El término “gobernanza” se refiere al proceso de dirigir y controlar de manera efectiva, ética y transparente cualquier organización. Es decir, la gobernanza no es solo administrar una empresa, una entidad gubernamental o una asociación solidarista —por ejemplo—, sino que es el conjunto de acciones que se deben realizar para lograr estructurar y asignar responsabilidades de manera que se puedan tomar decisiones estratégicas de forma armonizada y así alcanzar objetivos específicos.
Una correcta y sólida gobernanza beneficia a las organizaciones en todos sus aspectos. Desde el enfoque del manejo de un portafolio de inversión, es importante establecer un marco dentro del cual las decisiones son tomadas y las acciones son implementadas para lograr, al menos, los siguientes objetivos:
- Transparencia y divulgación de información. Una buena gobernanza permite la divulgación de información precisa y oportuna sobre el desempeño de una cartera de inversión. Los resultados de un portafolio deben responder a un apetito de riesgo establecido, y una correcta gobernanza permitirá a las partes interesadas estar vigilantes de que los resultados van acordes a los objetivos planteados.
- Gestión de riesgos. La gobernanza bien gestionada incluye prácticas sólidas de gestión de riesgos. Esto implica identificar, evaluar y mitigar los riesgos asociados a las decisiones de inversión. Los inversionistas están más dispuestos a invertir en empresas que demuestran una comprensión clara de los riesgos a los que se enfrentan y tienen estrategias para gestionarlos.
- Responsabilidad y ética empresarial. La gobernanza efectiva fomenta una cultura de responsabilidad y ética empresarial dentro de la organización e incluso en la selección de activos de inversión. De esta manera, un portafolio debe seleccionar activos que sean consecuentes con los valores y principios de la organización.
- Estructuras y responsabilidades de gobierno corporativo sólidas y delimitadas. La gobernanza eficaz facilita la toma de decisiones de inversión de acuerdo con lo que se establece en las estrategias de largo, mediano y corto plazo. Esto incluye la definición de funciones entre la dirección y la supervisión, así como la presencia de una junta directiva independiente, establecimiento de comités de inversiones, responsables de aplicar lo establecido en los procedimientos y políticas de inversión. Estas estructuras, cuando están bien delimitadas y documentadas, ayudan a garantizar que las decisiones de inversión se tomen de manera objetiva y en el mejor interés de la empresa, sus accionistas, asociados y demás partes interesadas.
En resumen, una buena gobernanza proporciona el marco necesario para tomar decisiones de inversión, garantizando que las mismas respondan al apetito de riesgo de la organización y que se ejecuten de manera transparente y en cumplimiento a las políticas y reglamentos de inversiones. Además, garantiza que dichas decisiones se toman buscando proteger los derechos de los accionistas, asociados o inversionistas; delimitan los marcos de acción de los tomadores de decisión; y establecen las responsabilidades y alcance de esas decisiones. Finalmente, permite que se gestionen de manera más rigurosa los riesgos y fomenta la responsabilidad y la ética empresarial, incluso seleccionando activos que respondan a sus principios y valores.
En Mercado de Valores, dentro de su visión patrimonial 360, brindamos asesoría para acompañar a las instituciones en la estructuración y documentación de su gobernanza, estableciendo un marco de inversión sistemático, lo cual permite que se tomen decisiones eficientes y alineadas con los objetivos de la organización.