El inicio de año ha estado caracterizado por la volatilidad de los mercados accionarios y ajustes en los rendimientos de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, motivados por la incorporación de diferentes factores, entre los que se pueden citar: cifras de inflación en los mercados desarrollados en niveles históricamente altos, la preocupación del impacto de ómicron en la actividad económica, algunos reportes de ganancias de empresas por debajo de lo esperado, entre otros argumentos quizás de menos mención en las noticias. Ante esta realidad, se ha presentado un ajuste a la baja de los precios y, por lo tanto, en la rentabilidad de los portafolios de los inversionistas.
Bajo este escenario algunos inversionistas empiezan a sentir alguna aprehensión o un sentimiento de “miedo” ante una posible pérdida financiera en su patrimonio. Por ello, es importante recordar que en materia de finanzas y gestión de portafolios hay dos consejos que han probado a lo largo del tiempo ser efectivos, además de ahorrar malas experiencias o resultados sobre las inversiones:
DISCIPLINA| La disciplina es el definir y mantener una estrategia en el tiempo, en donde se evalúan las situaciones no en función del rendimiento, sino del objetivo de inversión – el para qué invierto. Definir una estrategia implica distribuir el patrimonio en diferentes clases de activos, que sean congruentes con el objetivo y el perfil de riesgo. En este viaje debemos de ser conscientes que el mercado no será un camino en línea recta, y por ello, las decisiones siempre deberán tener como marco de referencia mis objetivos en primera instancia. De esta manera, es más probable que se vaya ajustando la estrategia no por correcciones en el mercado, sino porque el objetivo se acerca a su horizonte de tiempo, porque se obtuvieron mayores recursos por flujo inesperado o imprevistos económicos. El proceso de inversión tiene implícito muchas emociones, pero es la disciplina la que nos lleva al plan al cual acudir para evitar caer en decisiones precipitadas.
PACIENCIA | La paciencia implica saber que los resultados no se obtienen en un día o pocos meses, las estrategias se definen para un horizonte de tiempo, el cual se alinea al objetivo de inversión. Por ello, juzgar el resultado de un portafolio sin dejar “madurar” la estrategia nos puede llevar a tomar decisiones precipitadas, y por ende a tener pérdidas innecesarias. El mercado ha probado, a lo largo de los años y su historia, que estar en el mercado invertido es la mejor decisión, ya que buscar momentos de entrada o salida “ganadores” trae consigo un alto riesgo de pérdida.
“The stock market is a device to transfer money from the impatient to the patient” Warren Buffet (Traducción: El mercado accionario es una herramienta para transferir dinero del impaciente a los pacientes)
En este inicio de año, donde los números de corto plazo pueden hacer dudar sobre la gestión, la estrategia o su tolerancia al riesgo, siempre piense primero en su plan y en su objetivo de inversión, que sus motivos sean definidos en función de aquello a lograr y en sus valores; y que no sean decisiones direccionadas solo en el rendimiento, ya que en el largo plazo esa visión puede resultar caro en el potencial de su patrimonio.