¿Qué es un Stand-by con el FMI?¿Que implicaciones puede tener para Costa Rica?
junio 4, 2020
El 3 de junio, en conferencia con el periódico El Financiero, el Ministerio de Hacienda anunció la presentación del proyecto de ley para la aprobación del crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un monto cercano a los USD 504 millones para contribuir, mediante apoyo presupuestario, a la atención de la emergencia por COVID-19, bajo la modalidad de financiamiento rápida. En meses recientes la entidad a robustecido este mecanismo para el apoyo inmediato de las naciones durante la atención a la emergencia.
Este préstamo funcionará, según las autoridades costarricenses, como una llave para iniciar las negociaciones con el FMI para un Stand-by o Acuerdo de derecho de Giro.
¿Qué es un Acuerdo de Derecho de Giro? En pocas palabras, son préstamos adaptados a las necesidades de los países. Mediante ello, el FMI atienda las necesidades de la nación que lo solicita, al tiempo que respalda las políticas que los ayuden a salir de las crisis y volver a un crecimiento sostenible. Este instrumento suele tener una duración de entre 12 y 24 meses y no mayor a los 36 meses.
Cuando un país solicita un préstamo de este orden al FMI, acuerda ajustar sus políticas con el objetivo de superar los desbalances por los cuales se hizo necesaria la solicitud. Estos compromisos quedan evidenciados en la carta de intención del país.
¿Qué le pueden solicitar a Costa Rica? La entidad daría seguimiento a las metas cuantitativas de ejecución de los programas. Los desembolsos están supeditados a la observancia de los criterios. Como ejemplo, Costa Rica puede tener metas relativas a las reservas internacionales y el nivel de déficit o endeudamiento público.
A lo anterior, se suma la evaluación integral de la implementación de las medidas estructurales necesarias para alcanzar las metas cuantitativas. Cabe destacar, que bajo este planteamiento el enfoque es en el logro de los objetivos y no en las condiciones específicas que se deban imponer a los países.
Traduciendo lo anterior a metas específicas, se pueden esperar objetivos cuantitativos específicos relativos a el nivel de déficit, endeudamiento público y costos de financiamiento. A estos objetivos, se pueden asociar medidas estructurales asociadas al robustecimiento de los ingresos, la contención de gasto y su uso eficiente la venta de activos del Estado, política monetaria acomodaticia y flexibilidad cambiaria, así como la implementación de una amplia gama de reformas respaldadas por la adhesión a la OCDE. Todas estas medidas ya fueron recomendadas por el FMI en informes previos sobre Costa Rica.
¿Cómo se interpreta esta oportunidad? Es claro que Costa Rica necesitara de recursos externos para lograr financiar sus necesidades de los próximos años. A los ya altos vencimientos, se sumarán aquellos asociados al aumento del déficit como consecuencia de la atención de la emergencia nacional por el COVID-19.
Financiar estas necesidades en el mercado local, es la opción más cara, seguida por una emisión de bonos internacional. Lograr generar préstamos con organismo multilaterales como el FMI es clave para lograr mantener menores costos. Otro punto a favor, es que bajo la modalidad Stand-by, el país deberá implementar reformar necesarias para cumplir con su compromiso con la entidad, de forma que se garantiza un camino claro hacia la sostenibilidad fiscal.