Soy inversionista, ¿cuáles son mis derechos?

En una relación de inversionista y asesor o empresa asesora de inversión, uno de los principales ejes se fundamenta en la responsabilidad fiduciaria que ésta adquiere con usted como inversionista. Cuando se habla de que existe una relación a este nivel, quiere decir que su asesor tendrá que actuar como un “buen líder de familia”, siendo consciente sobre la responsabilidad de proteger en todo momento los intereses basados en principios éticos y buenas prácticas.
Como inversionistas, debemos conocer los principios y valores que regulan la empresa y al asesor con el que trabajo; pero también debemos conocer los llamados derechos del inversionista. Los derechos, a pesar de que hay distintas definiciones, son aquellas normas que regulan la conducta y facilitan la convivencia de los seres humanos, ya que permiten desde un estándar el orden, la armonía, la igualdad y, por tanto, el bienestar común.
De esta manera, se habla de derechos humanos, derechos del consumidor, derechos de los niños, entre otras dimensiones. Por ello, en la relación del rol como inversionista se debe ser consciente de que en la posición dentro del ecosistema financiero hay derechos o normas que apoyan las relaciones entre asesores e inversionistas.
En una relación de inversionista y asesor o empresa asesora de inversión, la comunicación es un eje principal para el desarrollo de la confianza. Por ello, se debe considerar que como clientes hay derechos que debemos hacer valer con el objetivo de fomentar un espacio abierto y de autoconfianza que permita el planeamiento y la aceptación de roles y responsabilidades en la relación asesor-cliente.
A continuación, describiremos 10 de los principales derechos del inversionista:
1. Mis intereses financieros tienen precedencia sobre los del profesional y la organización.
Como propietario del dinero, su bienestar debe ser considerado antes del bienestar del profesional financiero y la organización. Es a través del trabajo excepcional y el servicio a sus intereses que los profesionales financieros ganan su confianza y negocio continuo. Buscando siempre la justicia por el servicio recibido, considerando que las decisiones estén basadas en sus objetivos y el perfil de riesgo, con la visión de sostenibilidad a largo plazo de la empresa.
2. Trato justo con respecto a otros clientes.
Un trato justo no siempre es un trato equivalente, sobre todo en la relación con todos los clientes de un profesional financiero. Por ejemplo, otros clientes pueden tener objetivos diferentes y tolerancias de riesgo distintas, dando lugar a carteras de inversión diferentes a las suyas. No se debe considerar un trato injusto cuando otro cliente con una cartera más riesgosa obtiene mayores ganancias o cuando la cartera menos riesgosa de otro cliente se desempeña mejor cuando los mercados financieros disminuyen. Un trato justo se refiere a la comunicación de la información relevante en igualdad de oportunidades para todos los inversionistas, al respeto de prioridades en el ingreso de instrucciones en igualdad de condiciones y a la gestión común desde una sola perspectiva y análisis. En términos generales, que la operación de otro cliente no implique un detrimento de mi posición.
3. Revelar cualquier conflicto de interés existente o potencial al proveerle servicios o productos.
La asesoría de un profesional en finanzas solo puede basarse en los beneficios para usted, sus circunstancias financieras y sus objetivos, no en los intereses personales del profesional. Sin embargo, es importante tener claro que todo asesor tiene un interés de ser recompensado por su trabajo, por lo que siempre se debe preguntar cómo éste es retribuido (comisiones, tarifa fija, etc.) para asegurar que sus intereses financieros personales estén alineados a los suyos. Es un derecho y obligación del asesor responderle claramente sobre cualquier conflicto de interés existente o potencial. Esta situación no elimina los conflictos de interés, pero sí permite que exista una información transparente para administrarlos y reconciliarlos en su mejor interés. Recuerde que es su patrimonio y usted busca un asesor para que le brinde asesoría; por tanto, es su derecho exigir que la misma sea honesta, transparente, independiente y, sobre todo, que el eje central sean siempre sus objetivos.
4. Conducta honesta, competente y ética que cumpla con la ley aplicable.
Si bien a nivel mundial las leyes y los reglamentos financieros difieren, hay elementos que son comunes y transversales que no tienen latitud: todos los inversores tienen derecho a la honestidad de los profesionales financieros; lo cual no sólo significa una respuesta veraz a sus preguntas, sino también transparencia y franqueza. Idealmente, el asesor debe brindar toda la información que afecta las decisiones financieras o patrimoniales que toma. Las decisiones son tomadas por el inversionista, por lo cual, el asesor tendrá que tomar siempre una posición objetiva que le permita a usted tomar decisiones con toda la información disponible. Esto incluye: bondades y riesgos de las posibles opciones.
5. Asesoramiento y asistencia independiente y objetivos basados en análisis informados, juicio prudente y esfuerzo diligente.
La base o columna vertebral de la relación entre el asesor y el inversionista son los objetivos de éste, por lo cual, es derecho suyo y obligación del asesor conducir un debate exhaustivo acerca de sus necesidades y circunstancias, así como el apoyo en establecer de manera concreta y medible los objetivos. En el proceso de asesoramiento, como inversionista usted tendrá que recibir un análisis exhaustivo de los productos y servicios que se pueden utilizar para satisfacer sus necesidades y que, en este proceso, exista un juicio cuidadoso que permita coincidir que los productos y servicios se alineen con sus necesidades y circunstancias.
6. Un entendimiento de mis circunstancias, para que la asesoría se ajuste y base en mis objetivos y restricciones financieras.
Los asesores deben basar sus decisiones y recomendaciones en hechos relevantes de sus circunstancias financieras, necesidades y objetivos. La asesoría debería ser fluida y confortable; si no sucede así, tengo el derecho de cuestionar, para entender cómo la asesoría se ajusta a mis circunstancias. Una recomendación para asegurarse de que ambos tienen un entendimiento de la asesoría brindada, es solicitar un plan por escrito. En este documento, que será referencia para ambos en futuras conversaciones, debe contener al menos: perfil de riesgo, el objetivo de inversión concreto a seguir, restricciones y las diferentes acciones y compromisos, tanto del asesor como del cliente, para un plazo de tiempo.
7. Comunicaciones claras, precisas, completas y oportunas, que utilicen lenguaje plano y que se presenten en formato ajustado a la información.
Para entender el desempeño de un producto financiero, desde una cuenta corriente, un seguro, fondo mutuo u otro, usted debe entender la información brindada por el asesor financiero o la empresa. Ante ello, tiene el derecho de recibir comunicaciones electrónicas, escritas, verbales u otras, que tengan valor y relevancia para usted. Si no entiende la información brindada, tiene el derecho de hacer preguntas, solicitar una explicación y atrasar un acuerdo sobre la asesoría, hasta tanto esta no sea de su claridad. La autoconfianza en la toma de decisiones de inversiones radica en entender los riesgos y la generación de beneficios y no en la “promesa” de un rendimiento o un asesor alegando a la confianza que le tiene para invertir en los productos que le muestra.
8. Una explicación a todas las comisiones y cargos a la cuenta, así como la información de estos gastos, los cuales deben ser justos y razonables.
Usted tiene el derecho de entender completamente los gastos y comisiones que esté pagando por los productos y servicios de inversión. Esto aplica aun cuando el producto financiero sea tan simple como una cuenta bancaria. El asesor deberá explicarle y mostrarle todas las comisiones que estaría pagando, basado en un tarifario que aplique a otros clientes similares. Asimismo, tiene derecho a saber el esquema de incentivos de su asesor, de manera que se conozcan los conflictos de interés y así se puedan gestionar en la relación.
9. Confidencialidad de la información.
Usted tiene el derecho a la privacidad de su información personal y financiera. Solamente el asesor y los colaboradores involucrados directamente en el proceso de toma de decisiones de inversión o el proceso de reporte deberían tener acceso a su información. Su información financiera personal debe revelarse a otros únicamente en caso de ser requerido por ley o por una regulación dentro de la jurisdicción. En Costa Rica, en términos legales esto se conoce como el secreto bursátil y bancario, por lo que solo una orden judicial puede hacer que se levante esta protección.
10. Registro apropiado y completo para soportar el trabajo hecho para su beneficio.
Los profesionales en asesoría financiera que están trabajando en su beneficio tienen que documentar y tener a su disposición:
- Toda la información brindada a su persona
- Todos los productos y servicios discutidos u ofrecidos
- Toda decisión que tenga un efecto potencial en el resultado de sus finanzas (incluyendo decisiones en las cuales usted ha dicho que no a un producto o asesoría)
- Cualquier otra información que resulte pertinente
La confianza es el pilar base para lograr que fluya una relación, y en ocasiones los lazos se estrechan a niveles de amistad; sin embargo, en esta relación es siempre recomendable que las discusiones y decisiones sobre la gestión de su patrimonio lleven la formalidad y el registro, para que ante cualquier eventualidad ambas partes estén debidamente documentadas y así pueda analizar un caso de manera sencilla donde la transparencia y las responsabilidades sean claras para todos.
Es importante resaltar que en esta relación asesor-cliente, la asimetría de las posiciones muchas veces termina siendo “normalizada” y “aceptada” por el cliente en detrimento de su gestión de patrimonio, cuando su principal derecho es acceder a una comunicación fluida, clara y transparente que le permita minimizar esta brecha, de manera que usted pueda tomar decisiones basadas en una información concreta, en su realidad y objetivos.
Conversar y gestionar el patrimonio se convierte en un tema que no es fácil de tratar con todas las personas, ya que hay consideraciones importantes en términos de seguridad, impacto en las relaciones cercanas –familiares o amigos–, sesgos sociales, por mencionar algunos motivos; muchas veces ni siquiera es un tema común en el seno familiar. Por ello, es importante, cuando se está en una relación entre inversionista, asesor o empresa asesora de inversión, saber y tener la garantía de la confidencialidad de su información como un eje que fomente la confianza que usted estará dispuesto a entregar con el objetivo de recibir de vuelta una asesoría confiable, transparente y alineada a sus necesidades.