Un año bajo la sombra arancelaria: ¿Por qué el crecimiento económico mundial no cayó como se temía?

November 14, 2025
3 minutos
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Por Karol Fernández Murillo, Analista Jr. de Inversiones

A comienzos de año, Donald Trump anunció un paquete de aranceles que se aplicaría de manera generalizada a todos los países con los que Estados Unidos mantiene relaciones comerciales, independientemente de su tamaño o relevancia económica. Rápidamente las proyecciones sobre el crecimiento de la economía mundial comenzaron a cambiar, y el pesimismo se empezó a apoderar de las decisiones.

Evidentemente, subir los aranceles a las importaciones estadounidenses iba a alterar las cadenas globales de valor, y lo más importante, el aumento del precio de los bienes y servicios iba a trasladarse al consumidor final. Así comenzó a formare la bola de nieve: Los mercados cayeron, los inversionistas comenzaron a buscar refugio en activos más “seguros” y se registró un alza en las expectativas de inflación, seguido por temores de una posible recesión en la economía más grande del mundo.

El Fondo Monetario Internacional revisó sus proyecciones a la baja, y previó que el crecimiento económico mundial sería de solo un 2.8% al cierre del 2025, después de haber proyectado un 3.1%, y anticipó que una de las regiones más afectadas serían las economías emergentes, dada su dependencia al comercio internacional.

Sin embargo, la economía mostró más resiliencia de la esperada. En las proyecciones de octubre del World Economic Outlook, el FMI revisó al alza su estimación un crecimiento de 3.2 % para 2025 y 3.1% en 2026; por lo que, los peores escenarios planteados a inicio de año, no se materializaron.

Varios factores pueden explicar esta reversión del pesimismo mundial. Primero, los aranceles fueron menos agresivos de lo que se anunció en un inicio; las negociaciones comenzaron en un vaivén que terminaron en exenciones temporales de varios sectores estratégicos, aunado a que los plazos de aplicación de los aranceles se extendieron más de lo previsto, lo cual redujo la presión las economías. Esto permitió que, segundo, las empresas de diferentes industriales tuvieran tiempo de reorganizar las cadenas de suministro, buscando nuevos proveedores, diversificando rutas y llenando sus bodegas con inventarios temiendo los futuros costos de importación.

Este comportamiento infló artificialmente los volúmenes de comercio en el corto plazo y sostuvo -al menos de forma temporal- la actividad económica durante los primeros meses. Para algunos sectores, este adelantamiento permitió amortiguar el impacto inicial y la necesidad de trasladar los mayores costos al consumidor final, por lo que, los efectos inflacionarios reales de los aranceles aún no se han registrado.

Aún se desconoce cuándo se va a comenzar a ver este efecto los precios, por lo que, aunque los riesgos han disminuido, no se han disipado del todo. Trump sigue utilizando los aranceles como su principal herramienta o “moneda de cambio” para negociar acerca de otros temas ajenos a los comerciales, por lo que sigue siendo una fuente de incertidumbre para las economías que tienen una mayor exposición a las cadenas de suministro de EE.UU.

Este documento tiene únicamente fines informativos y no debe interpretarse como asesoría o recomendación formal. Se recomienda consultar con nuestros asesores patrimoniales antes de tomar decisiones basadas en la información aquí contenida.

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