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Planificación para una transición integral hacia el retiro

Durante años se han estudiado los efectos psicológicos de la jubilación, y existen diferentes posturas respecto a esta etapa de la vida de las personas. El retiro es el momento en el que una persona, al cumplir la edad establecida en la legislación de su país y contar con todos los requisitos legales, pone un fin a su carrera profesional. Al dejar su trabajo, la persona deja de percibir ingresos, por lo que resulta fundamental establecer un plan de retiro que pueda cubrir su estilo de vida.

En muchos países existen planes de retiro obligatorios, ya que esto depende del sistema de seguridad social y las políticas gubernamentales de cada país. Es importante que, aunque existan planes de seguridad social obligatorios, las personas piensen en la planificación de su vejez, y busquen alternativas complementarias y voluntarias que les faciliten construir el futuro que desean.

En los estudios que se han realizado respecto a este tema, se ha encontrado que la jubilación implica una transición psicológica importante, así como cambios en la vida cotidiana. Para adaptarse a estos procesos de cambio, se enmarcan dos tipos de estrategias fundamentales: una de bienestar físico y psicológico, y otra de bienestar financiero.

A pesar de que es una decisión motivada por ellos mismos, la disminución en la actividad laboral puede llevar a una sensación de pérdida de propósito en la vida, lo que puede desencadenar diversos cambios psicológicos. Durante años, la identidad y la autoestima pueden haber estado estrechamente ligadas al trabajo. Por lo tanto, es fundamental que la persona se replantee la valoración que tiene de sí misma y encuentre nuevas fuentes de significado y propósito en su vida.

Resulta indispensable que haya una relación inversa entre las actividades laborales y otras actividades de su vida personal; es decir, a medida que el trabajo va disminuyendo, el tiempo en familia y el ocio debe aumentar, para mantener un equilibrio físico y psicológico que favorezca el bienestar general que refuerce el sentido de pertenencia en esta nueva etapa de vida.

En ese contexto, cobra relevancia la segunda estrategia: el bienestar financiero. Tener un plan financiero sólido, que considere el retiro, le va proporcionará la estabilidad necesaria para mantener su estilo de vida actual y disfrutar de las actividades que le generan bienestar físico y psicológico.

¿Cuánto dinero necesito para retirarme? Esta es una pregunta que no se puede responder a todas las personas por igual, porque el estilo de vida de cada una es diferente, así que la respuesta más precisa es: la cantidad que se ajuste a su estilo de vida. Por eso se recomienda crear un plan de retiro personalizado que identifique las necesidades y objetivos a largo plazo.

¿Qué sigue después de establecer mis necesidades y objetivos?

Con el objetivo de garantizar un futuro financiero, las personas pueden invertir con el propósito de generar rentabilidad y aumentar el valor de su dinero. ¿Esto que significa? Que deben tomarse decisiones más estratégicas, como poner a trabajar el dinero ahorrado por medio de inversiones y activos en procura de generar una rentabilidad en el tiempo, y así hacer crecer su patrimonio. La conformación de un portafolio de inversión se presenta como una oportunidad para proporcionar una estabilidad financiera, permite planificar para mantener un estilo de vida confortable en su retiro y obtener una base sólida que le brinde tranquilidad durante su vida posterior a la jubilación.

Para conformar un portafolio, es importante hacerlo con el acompañamiento de profesionales que puedan asesorarle de la mejor manera, alineados a sus objetivos y necesidades. De esta forma se asegura que un equipo de expertos hará, de forma disciplinada y con criterios técnicos, el debido seguimiento, de manera que las probabilidades de éxito serán mayores.

La transición hacia el retiro es también una oportunidad para el crecimiento personal y la realización de nuevos proyectos y sueños, por eso es importante planificar con tiempo y empezar a crear un plan de retiro con anticipación. Sin embargo, nunca es tarde para hacerlo. Este plan debe ser un documento vivo que se actualice constantemente con el paso del tiempo, a medida que cambien sus prioridades y circunstancias.  

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